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Aviario Ruiz de Viana, dedicado principalmente a la cria de esta hermosa ave que es el camachuelo de mejico, para que todos los amigos o personas que sientan curiosidad por este ave tengan un lugar donde conocerlos mejor

Aqui os dejo un pequeño articulo que escribi sobre como mantenerlos y  criar con ellos, espero que os sirva de ayuda

El camachuelo mexicano (carpodacus mexicanus) y su cría en cautividad

Generalidades:

Se trata de  un fringílido que en libertad podemos encontrar prácticamente desde Canadá hasta México,  pasando por gran parte de estados unidos. Especie que  ha sido objeto de varias introducciones, hoy podemos encontrarlos incluso en las islas Hawai. Es una especie parcialmente migratoria, encontrándose núcleos de población que realizan movimientos erráticos estacionales, principalmente relacionados con la búsqueda de alimento y la huida de las inclemencias del tiempo.

El camachuelo mejicano es una especie sumamente adaptable. Podemos hallarlo en parques y jardines, eriales, pastizales, zonas de cultivo o semidesiertas, incluso en bosques de confieras, solo con disponer de algún curso de agua cercano podemos encontrarlo. Se trata de un ave fuerte y robusta, de unos 14 o 15 cm. de longitud, de aspecto parecido al gorrión común pero algo mas estilizado.  Existe un marcado dimorfismo sexual, el macho presenta cabeza, garganta, pecho y obispillo de un precioso color rojo-teja, (pudiendo variar de tonalidad según subespecies), el resto del cuerpo es de color bruno claro, fuertemente barrado de negro en la espalda y flancos. La hembra carece casi por completo del color rojo de su compañero, solo algunos reflejos en la garganta y obispillo. El resto del cuerpo es de color bruno claro con una fuerte carga melanica en la espalda y pecho, el cual se presenta literalmente cubierto de estrías. Los jóvenes son muy parecidos a la hembra, aunque carentes de los reflejos rojos y con un diseño menos nítido o definido.

Mi historia con los camachuelos:

La primera vez que los vi seria alrededor del año 1995 o 1996 en la pajarería de un amigo que decía que eran “camachuelos” simplemente. Se trataba de ejemplares de captura, sin anilla y con el plumaje bastante estropeado. Me gustaron desde el primer momento en que los vi, pero no compre ninguno pensando en volver otro día. Como pasa en muchas ocasiones, cuando volví pasadas dos o tres semanas tan solo quedaban dos o tres ejemplares maltrechos, enfermos y desplumados, así que por esta vez perdí la oportunidad. Durante los años siguientes la suerte no quiso volver a ponerlos en mi camino, y aunque visitaba pajarerías, mercadillos y algún que otro concurso local no volví a verlos hasta el año 2003, en la misma pajarería en que los vi por primera vez. Se trataba de una pareja de sobreaño, con anilla italiana y que compre sin dudarlo en ningún momento. Aquel año ya me criaron tres pichones en dos puestas, uno murió poco después de saltar del nido y los dos que quedaron resultaron ser dos hembras.  A partir de entonces comencé a verlos en algunos concursos y mercadillos, no es que abundaran pero algunos se veían, compre un macho nuevo y al año siguiente junte dos parejas, la hembra que me sobro la acople a un jilguero, y de esta pareja crié mis primeros mixtos sin el empleo de hembra canaria. Al año siguiente, ya los compre mutados en phaeo , y al siguiente en bruno, habiendo comenzado así mi historia con tan maravilloso pájaro. 

 

Alimentación:

Una buena mixtura para canario y algo de fruta (manzana, pera o naranja) o verdura (cerrajas, diente de león, brócoli, lechuga o endivia) una o dos veces por semana es todo lo que necesita para mantenerse en perfecto estado de salud durante años.  A esta dieta añadiremos grit cálcico y hueso de sepia durante todo el año.

Cría:

Llegado el mes de febrero colocaremos nuestra pareja en la jaula de cría. Hasta este momento los habremos mantenido en grupos de tres o cuatro pájaros del mismo sexo por jaulón. Las dimensiones de la jaula de cría deben de ser como mínimo de sesenta cm., y con un divisor a la mitad. Yo utilizo baterías de chapa de noventa cm. cubiertas por todas partes excepto por el frontal. Separaremos a la pareja con el divisor de rejilla con el fin de que se acostumbren el uno al otro. Durante este tiempo seguiremos administrando la misma mixtura que el resto del año, incrementando el suministro de fruta y verdura, y una o dos veces por semana, pondremos a su disposición una bizcochera con pasta de cría de tipo mórbido para que los reproductores se acostumbren a ella. Durante este periodo podemos suministrar en el agua de bebida algún tipo de complejo vitamínico de los indicados para la preparación a la cría, aunque yo personalmente no los uso.

A mediados de marzo quitaremos el separador dejando junta a la pareja. Los machos son muy fogosos, y es probable que persigan a la hembra, incluso que lleguen a desplumarla en parte de la cabeza o la espalda. Si observamos que las peleas entre la pareja son mas fuertes de lo normal, colocaremos de nuevo el separador de rejilla durante unos días mas. Si nuestra pareja se lleva bien, será el momento de colocar el nido, del mismo tipo de los utilizados para los canarios, el cual podemos camuflar con plantas de plástico para dar tranquilidad a la hembra, aunque esto no es estrictamente necesario. En pocos días habrán construido el nido utilizando para ello fibra de coco, yute, pelo animal, trocitos de papel o cualquier otro material que pongamos a su disposición. Días después comenzara la puesta que será de tres a cinco huevos por termino medio, completamente blancos (en algunas variedades mutadas) o ligeramente garabateados de ocre o negro en su polo mas ancho, los cuales iremos sustituyendo por huevos falsos. Con la puesta del último, devolveremos a la hembra los huevos verdaderos, teniendo la precaución de colocar de nuevo el separador de rejilla para aislar al macho, el cual dado su carácter ardiente puede destruir el nido y los huevos, dando al traste con todo nuestro esfuerzo. Después de unos trece días de incubación nacerán nuestros pichones, los cuales serán criados perfectamente solo por la hembra, a la cual suministraremos además de la mixtura, pasta de cría mórbida renovada diariamente, además de algo de fruta o verdura al atardecer. Se anillan con anillas de 2,9 o 3 mm. a los seis o siete días de vida. Es recomendable pintarlas o ponerles un esparadrapo de color carne para camuflarlas, pues algunas hembras en su afan por mantener limpio el nido arrojaran a los pichones fuera de este, intentando eliminar este “objeto extraño” que no entiende como ha llegado hasta la pata de sus pichones.

Una vez que los polluelos abandonen el nido volveremos a poner al macho con la hembra, dejando a los pichones al otro lado del divisor de rejilla, los cuales seguirán siendo alimentados a través de este por ambos padres hasta su total independencia sobre los treinta días de vida. Pueden criar dos o tres nidadas por temporada.

A los jóvenes, una vez separados de los padres, podemos alojarlos en jaulas individuales para ir acostumbrándolos a las exposiciones, o en grupos de cuatro o cinco por jaulón. Hay que suministrar pigmento con el fin de que los machos adquieran su característico color rojo.

Hibridación:

Se trata de un ave con multitud de posibilidades. Hibridan con facilidad con la mayoría de los fringílidos europeos, asiáticos y americanos; jilgueros, pardillos, verderones, luganos, cardenalitos o piquituertos, además de con gran cantidad de camachuelos europeos y asiáticos. También se ha conseguido cruzar con pinzón común. Hibrida fácilmente con gran variedad de serinus africanos, y se ha hibridado mucho con canario dando origen a híbridos hembra de espectacular belleza, si utilizamos la hembra del camachuelo mejicano y el macho de cualquier mutación ligada al sexo (satine, Isabela o pastel). Dado el carácter tan ardiente del macho, es recomendable utilizar la hembra del camachuelo mejicano para la hibridación, salvo cuando intentemos hibridar con alguna especie de tamaño considerablemente mayor, aplicando una de las reglas base de la hibridación “el macho siempre de la especie más pequeña”.

Yo personalmente solo lo he cruzado con jilguero. Utilice un jilguero de captura que tenia desde hacia cinco años, el cual había criado los dos años anteriores con una canaria dando un porcentaje de huevos fecundos del 100%. En el mes de octubre junte el jilguero con una camachuela joven criada por mi esa misma primavera, con el fin de que se acostumbraran el uno al otro. Llegada la época de nidificacion, la camachuela hizo cuatro puestas de tres huevos cada una, resultando tan solo dos huevos fecundos, uno en la primera nidada y otro en la tercera. Es curioso el hecho de que un jilguero que acoplado con una canaria diera un porcentaje tan alto de fertilidad, al ser emparejado con la camachuela mejicana diera un porcentaje tan alto de huevos claros. Según lei en una ocasion, pudiera ser que la camachuela  hembra tuviera algún tipo de mecanismo que le impide, en parte, el ser fecundada por esperma de otros machos que no pertenezcan a su misma especie.

Conclusiones:

Se trata de un ave muy recomendable para cualquier aviario. Excepcionales embuchadores, son muchos los que los están utilizando como nodrizas para la cría de otras variedades de fringílidos mas delicados. Son varias las  mutaciones conocidas: torba, phaeo, albino, diluido y opal, algunas de ellas muy extendidas, otras mas difíciles de conseguir. Todas ellas son de carácter autosomico recesivo.

Ave rustica, muy fácil de mantener y criar en cautividad, he tratado de dar a conocer este hermoso pájaro a todos aquellos amantes de los fringílidos que quieran añadir a su aviario una especie que comenzara a darnos satisfacciones desde el primer momento.